Violencia Sexual
La violencia sexual es una de las violencias de mayor impacto de la violencia contra las mujeres.
La importancia y la especificidad de nombrar la violencia sexual, la podemos encontrar en la definición de la organización mundial de la salud:
“Todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona; mediante coacción por otra persona; independientemente de la relación de ésta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo”.
Es necesario hacer una reflexión y análisis de lo que significa la violencia sexual, en cuanto a su etiología, que paradójicamente tiene poco de sexualidad y que se relaciona con la necesidad de someter a las mujeres, para que el ejercicio del poder sea efectivo.
Por ello, la violencia sexual es un delito de poder y es necesario evaluar el impacto que puede tener en las víctimas directas e indirectas, en quienes se puede presentar una serie de síntomas y alteraciones de carácter social, cultural y laboral, además del familiar.
Hoy sabemos mucho más sobre el impacto, en diferentes ámbitos de la vida de las víctimas, que constituye en no pocos casos un auténtico síndrome, el cual tiende a extenderse a el entorno de la mujer que ha sufrido de manera directa la conducta delictiva de carácter sexual. Existiendo coincidencia en la necesidad de hacer una intervención profesional, interdisciplinaria y metodológica, a través de la elaboración y determinación de un modelo psicoterapéutico, a fin de que se acote la improvisación.
El abordaje psicoterapéutico para mujeres víctimas de violencia sexual, conlleva varios propósitos, el primero de ellos es brindar un panoramas obre las diversas concepciones existentes en torno a la violencia sexual y el impacto en la vida y en la salud de las mujeres, y en segundo lugar hacer una propuesta que tienda a disminuir los síntomas generados a partir de un tratamiento psicológico que facilite a la víctima el restablecimiento de la estabilidad emocional, alterada con el o los sucesos traumáticos.
El modelo de abordaje psicoterapéutico para mujeres víctimas de violencia sexual nos permitirá trabajar con la principal sintomatología que deviene del ser víctima de violencia sexual, para disminuirla e idealmente erradicarla, tendiendo al restablecimiento de la estabilidad emocional, logrando que la víctima se recupere del evento traumático. Sin olvidar que la sintomatología traumática, será tanto psicológica como fisiológica.
La violencia sexual al igual que otras formas de violencia contra las mujeres ha sido reconocida como un grave problema social y de salud pública, así como una clara violación de los derechos humanos y constituye una manifestación común de la violencia basada en el sexo que evidencia el lugar desigual quelas mujeres ocupamos en nuestra sociedad.
La violencia sexual ha estado asociada siempre al control de las mujeres, y al ejercicio del poder sobre nosotras: en los conflictos armados de manera sistemática, y por supuesto en la sociedad e incluso en las familias.
La violencia sexual se registra en todos los países. Aunque en la mayoría de ellos el tema ha sido poco investigado, los datos disponibles indican que, en algunos, casi una de cada cuatro mujeres puede ser víctima de violencia sexual por parte de su pareja, y hasta la tercera parte de las adolescentes informa que su primera experiencia sexual fue forzada.
La violencia sexual tiene efectos muy profundos en la salud física y mental. Además de laslesiones físicas, se asocia con un mayor riesgo de experimentar diversos problemas de saludsexual y reproductiva, cuyas consecuencias pueden ser inmediatas o de largo plazo.
Lassecuelas sobre la salud mental pueden ser tan graves como los efectos físicos, y tambiénmuy prolongadas. Las muertes consecutivas a actos de violencia sexual pueden deberse alsuicidio, la infección por el VIH o el asesinato (que ocurre como parte de la agresión sexual,o con posterioridad a ella, como los asesinatos por cuestiones de “honor”).
La violencia sexual también puede afectar profundamente al bienestar social de las víctimas,ya que pueden ser estigmatizadas y aisladas por su familia y otras personas por esa causa.
El coito forzado puede gratificar sexualmente al agresor, aunque es importante entender queel objetivo subyacente es una expresión de poder y dominio sobre la persona agredida y quela agresión sexual hacia las mujeres también no solo se da por desconocidos, sino todo lo contrario, que enmuchos casos son sus propios familiares y hombres de sus entornos cercanos.
Sonia Lamas